Uno de los mejores emplazamientos de todo Japón para disfrutar de la eclosión del otoño es Nikko, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de una ciudad a dos horas al norte de Tokio que contiene un conjunto de santuarios y templos cuya singularidad y belleza atraen a miles de visitantes cada año. Su emplazamiento, en plena naturaleza, hace que sea especialmente placentero disfrutar del efecto del momiji, al mismo tiempo que se conecta con su historia milenaria. Sin duda, una buena elección para cualquier persona que decida viajar a Japón y disfrutar de su esencia más pura.
El puente Shin-kyō de Nikko y su leyenda
Hay en Nikko varios puntos de interés con gran atractivo turístico, pero nada más llegar no puede dejar de sorprender el puente Shin-kyō. Se trata de una gran estructura roja que atraviesa de lado a lado el río Daiya, una reconstrucción del original, que databa del siglo XVII. Se dice que el lugar es famoso por ser el punto hasta el que el río arrastró al sacerdote budista Shōdō Shōnin (735-817), a quien se debe el origen de Nikko como lugar sagrado, pues fue él quien fundó una ermita y arrancó la historia milenaria de este bello y singular emplazamiento.
Después de aquello, Nikko se convirtió en un centro de formación de monjes budistas pero al tiempo cayó en el olvido. En 1617 el lugar volvió a cobrar importancia al ser elegido como lugar para el mausoleo de Ieyasu Tokugawa, iniciador del shogunato Tokugawa que gobernó durante 250 años, hasta que la restauración Meiji terminó con la era feudal en Japón. Años después, su nieto iniciaría la construcción del santuario actual, Tōshō-gū, principal atracción de Nikko.
El Santuario Tōshō-gū y su exuberancia de colores
A diferencia de otros muchos santuarios, que siguen la tendencia arquitectónica de fundirse con el paisaje, Tōshō-gū destaca por la exuberancia de sus colores, detalles en oro y esculturas de diversos tipos. Hasta aquí se acercan una enorme cantidad de turistas para disfrutar de su esplendor y de detalles tan curiosos como la archifamosa escultura de Los Tres Monos de la Sabiduría donde uno se tapa los ojos, otro la boca y otro los oídos. El significado es “no oigo lo que no debe ser oído”, “no digo lo que no debe ser dicho”, “no veo lo que no debe ser visto”. Y es que Tōshō-gū es la principal atracción de Nikko.
La entrada al recinto se realiza a través de un enorme torii de piedra, que en plena naturaleza es todavía más imponente si cabe. La puerta Yomeimon es digna de admirar por el lujo de su decoración y por ser Tesoro Nacional. Enseguida se puede disfrutar de una enorme pagoda de cinco pisos de altura, originaria de 1650 y reconstruida en 1818.
Tōshō-gū está formado por varios edificios y dependencias. Un recorrido por todas ellas nos deslumbrará con pinturas, esculturas, una singular arquitectura y numerosos lugares sagrados en los que vivir al menos un poco el sintoísmo japonés.
Otros lugares de interés que visitar en Nikko
Otros lugares interesantes que descubrir en Nikko son el templo de la secta Tendai Rinno-ji, fundado por Shōdō Shōnin construido sobre pilares realizados con olmos japoneses, famoso por sus tres estatuas de Buda recubiertas de pan de oro; Futarasan-jinja; Taiyūn-byō, en pleno bosque de cedros japoneses, que tiene la particularidad de ser al mismo tiempo mausoleo (allí descansa el nieto de Ieyasu) y templo budista; o el abismo de Gamman-Ga-Fuchi, colección de estatuas de Jizō, el boddhitsatva budista protector de los viajeros y los niños.
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Tiene que ser fascinante y espectácular
En efecto Juan, es un sitio increible. Gracias por participar.
Saludos.
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