Un antiguo camino con más de 300 años que conectaba la antigua Edo (actual Tokyo) con Heian-kyo (hoy, Kyoto) es el mejor lugar para hacer un viaje en el tiempo. Es por ello que, como parte de nuestro viaje Japón Feudal, visitamos las localidades de Tsumago y Magome, que mantienen intacto el espíritu del periodo Edo (1603-1868) con sus calles y arquitectura tradicional. Recorrer estos antiguos pueblos japoneses en el valle de Kiso (Prefectura de Gifu) nos retrotrae a otros tiempos, en los que la ruta Nakasendo era una de las carreteras principales que partían desde Edo y el paso de señores feudales con sus séquitos, ricos comerciantes y demás, generaba riqueza y prosperidad. También realizamos el espectacular camino que une ambas localidades y que nos sumerge de lleno en la belleza de la naturaleza de la zona, con cascadas, arrozales, viejos molinos y pequeñas aldeas. Si te gustaría saber más sobre la ruta Nakasendo sigue leyendo, en este post encontrarás toda la información que necesitas.
Origen de la ruta Nakasendo
La ruta Nakasendo (traducido literalmente como la carretera central de la montaña) era una de las carreteras principales del periodo Edo. En aquellos tiempos, todos los caminos importantes llevaban a la capital del sogunato, la antigua Edo. Otras de las rutas relevantes eran la Tokaido y la Nikko kaido.
Los antiguos señores feudales de Japón, los daimios, estaban obligados a mantener dos residencias: la de la capital, Edo, y la de sus provincias de origen. De esta manera, atendían asuntos en ambos puntos. Para controlar la posibilidad de insurrecciones, sus familias debían permanecer en Edo mientras ellos viajaban. Todo ello formaba parte del sistema Sankin-Tokai. El paso de los daimios y sus séquitos por las distintas localidades que se encontraban en el camino, generaban riqueza ya que hacían uso de hospedajes, posadas y todos los servicios y productos que necesitasen. De hecho, estas carreteras se hicieron famosas por una serie de grabados de Hiroshige, “53 estaciones de Tokaido”. Las estaciones de descanso, lugares aptos para hacer un alto en el camino, tenían además puntos de control (sekisho). Allí tenían lugar inspecciones a los plebeyos para evitar el contrabando (por ejemplo, de armas). Además, debían mostrar una especie de pasaporte (una tegata). Saltarse el punto de control o violar las normas de algún modo suponía graves penas, entre ellas la crucifixión.
Magome, punto de partida de la ruta Nakasendo
Vivir la experiencia de recorrer un pequeño tramo de la ruta Nakasendo y sentirse totalmente sumergido en el periodo Edo es hoy posible gracias a los esfuerzos de las localidades de Magome y Tsumago por recuperar el ambiente de entonces.
Desde la década de 1960, ambas han vivido un movimiento para la conservación de la arquitectura que ha traído consigo un fomento del turismo y la recuperación de la artesanía tradicional de la zona. Las calles más importantes son peatonales, se ha prohibido el paso de vehículos y se ha eliminado todo elemento moderno como los postes de teléfono.
Nuestro recorrido empieza en Magome, con una empinada calle de adoquines con casas, restaurantes, hostales y tiendas de souvenirs. A pesar de que recrean a la perfección el ambiente del periodo Edo, tanto en Magome como en Tsumago la mayoría de las reconstrucciones son de los periodos Meiji y Taisho.
Desde Magome iniciamos el camino hacia Tsumago (7,8 km), ya que es más fácil debido a que la primera se encuentra a mayor altitud que la segunda. El recorrido se realiza por una zona boscosa y pasa por molinos arrozales, pequeñas aldeas y paisajes espectaculares como las cascadas de Medaki y Odaki. Como curiosidad, cada pocos metros encontraremos una campana con un cartel en el que se recomienda tocarla para ahuyentar a los osos. Poco antes de llegar a Tsumago, encontraremos un precioso bosque de bambú.
La preciosa Tsumago, el destino
Llegar a Tsumago es el premio tras el agradable paseo desde Magome. Esta localidad es más antigua que la anterior y el gobierno japonés la declaró área protegida para la conservación de edificios tradicionales. En ella tampoco hay elementos modernos. Las fachadas con rejas de madera y los bellos tejados ofrecen una estampa que difícilmente se olvida.
Entre las visitas que realizar se recomienda la antigua posada para los criados del daimio Waki-honjin, el Shiryokan (museo de historia local), el Tsumago Honjin, donde pernoctaban los daimio; el Kisoji-kan, complejo turístico con un rotemburo con impresionantes vistas; y el templo Kotoku-ji, que se cree que data del año 1500.
Y a ti, ¿te gustaría hacer un viaje en el tiempo al Japón Feudal?
Imagen principal: CC James-Faulkner. Resto: Jordi-Marsol, DavideGorla, Balazs-Szanto.
Haceis Japon clasico
Hola Asunción! Gracias por interesarte en nuestros viajes. Tienes todos nuestros itinerarios en esta página: https://www.descubriendojapon.com/nuestros-viajes/.
Un saludo!