La ciudad de la electrónica, Akiba, como se le conoce popularmente en Japón; es uno de esos puntos en el mapa de Tokio que no hay que dejar de visitar. Aunque es especialmente interesante como lugar para realizar unas compras, también despertará la curiosidad de quienes sólo quieran pasear por sus calles, admirarse con sus comercios repletos de productos, sus grandes edificios y sus inmensas tiendas de electrónica. Además, se trata de una especie de paraíso frikinal o lugar sagrado de la cultura otaku, es decir, de todo lo relacionado con el manga y el anime. Aquí se puede encontrar una inmensa cantidad de artículos de merchandising, videojuegos, figuritas y un largo etcétera. Sin duda, para quienes ya se encuentren entre las legiones de fieles de esta o aquella franquicia, Akihabara se configura como un punto clave en el itinerario a realizar en los días que se encuentren visitando Tokio.
Akihabara: lugar perfecto para compras de electrónica
El distrito de Akihabara debe su fama principalmente a las grandes tiendas de electrónica. Y es que desde los años ochenta del siglo pasado se convirtieron en parangones de la modernidad, con los últimos modelos tecnológicos. Un polo mundial de la tecnología. Con el paso del tiempo, se han ido adecuando para no quedar a la zaga y hoy se puede encontrar miles de productos relacionados con la electrónica y la informática. Desde ordenadores, hasta tablets, cámaras de fotos o de vídeo, móviles, etc. También es famoso por sus grandes tiendas de electrodomésticos.
Alrededor de la calle principal de este distrito, Chuo-dori, existen más de 250 tiendas de electrónica. Una auténtica locura plagada de letreros con letras japonesas anunciando los mejores descuentos; escaparates sin un solo espacio vacío, repletos de productos; grandes edificios con pantallas publicitarias llenas de luces… No hay duda de que el curioso espectáculo que se despliega ante los ojos es digno de asombro.
El Duty Free en Akihabara
Uno de los reclamos más utilizados para que los extranjeros visiten Akihabara es que algunas de estas grandes tiendas cuentan con Duty Free. Para beneficiarse de la eliminación de los impuestos locales es necesario presentar el pasaporte y superar el gasto de los 10.000 yenes. Una inversión que hay que valorar a conciencia, ya que dependiendo del producto en cuestión puede resultar una compra interesante o no. Con la globalización y las ventas por internet, otros lugares del globo terráqueo venden productos de electrónica a precios muy competitivos, por lo que hay que asegurarse de que la compra merece la pena. Si nos decantamos por realizar alguna adquisición, también hay que tener en cuenta las compatibilidades con los sistemas españoles o europeos.
Entre las tiendas que destacan encontramos Yodobashi Akiba, de la cadena de Yodobashi Camera, Akihabara Radio Center, Ishimaru y Sofmap.
La meca de la cultura Otaku y los videojuegos
Otro de los grandes atractivos de Akihabara es la inmensa oferta que existe en torno a la cultura Otaku. Quienes sean aficionados al anime o al manga (o a ambas), disfrutarán en este lugar de un auténtico paraíso frikinal con tiendas en las que podrán encontrar prácticamente cualquier cosa que anden buscando. Desde las típicas figuritas de colección hasta miles de objetos de merchandising, películas y un sinfín de cosas más.
Akihabara es asimismo el lugar ideal para quienes disfruten a los mandos de su videoconsola o del ordenador porque aquí el mercado de los videojuegos se mueve de forma vertiginosa y ofrece un amplio catálogo de opciones, como adentrarse en el edificio de Sega.
Este barrio también es conocido por sus Maid Café, un concepto extraño de cafetería a nuestros ojos occidentales en el que las camareras visten uniforme de criadas y cuyo papel es no sólo servir a los clientes, sino también escucharles. Marcos contó en Diario de un Descubridor su paso por uno de ellos.
Por último, destacar que simplemente recorrer las calles de este curioso barrio ya es un ejercicio interesante lleno de sorpresas. Quienes viajan a Japón ya saben que se van a encontrar con un mundo totalmente diferente al que conocen. Casi como si aterrizasen en otro planeta repleto de sorpresas. Pero mejor no las desvelemos todas. Será mejor que lo compruebes con tus propios ojos.
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