Si alguna vez has pensado en viajar a Japón seguro que el Monte Fuji se te aparece en sueños, como una promesa de una experiencia inolvidable. Y no es de extrañar: se trata de uno de los iconos más emblemáticos del país, considerado por los japoneses como símbolo de la buena suerte y la buena fortuna. Y algo de eso debe tener cuando tantos de ellos se deciden a realizar el camino de subida en una peregrinación que se repite año tras año, llenando los caminos de personas que quieren llegar hasta la cima. Si eres uno de ellos no puedes perderte nuestro viaje Japón Salvaje, que incluye en el programa la subida al Monte Fuji y contemplar el espectáculo del amanecer a 3.776 metros de altura.
El Monte Fuji es un volcán gigante con bajo riesgo de erupción. Aunque está oficialmente considerado como activo, no hay que asustarse: su última actividad se registró en el año 1708. Una curiosidad: en realidad, se trata de tres volcanes superpuestos: el primero de todos recibe el nombre de Komitake, el del medio, Kofuji; y el último, Fuji, que es el más joven de todos.
Subida al Monte Fuji: los detalles
Hay que tener en cuenta que sólo es posible realizar la subida al Monte Fuji durante los meses de julio y agosto, que es cuando los caminos se encuentran abiertos, así como los refugios que se pueden encontrar en ellos. La mayoría de la gente tiene la Quinta Estación como punto de partida. Se trata de un puesto a 2.305 metros de altura donde tiene parada el autobús y un lugar que se ha hecho ya muy famoso, sobre todo entre aquellas personas que no quieren subir a la cima pero sí disfrutar de unas preciosas vistas y de la maravillosa sensación de poder decir “Yo he estado en el Monte Fuji”.
Existen diferentes rutas de ascenso aunque el camino más tradicional es el Kawaguchiko-Yoshida-guchi, que parte desde la quinta estacion del la Fuji Subaru Line y que supone unas cinco horas y media de ascenso y tres de descenso. Al ser el más popular, cuenta con veinte refugios de montaña a lo largo de todo el camino. Lo ideal es empezar a subir por la tarde para dormir unas horas en uno de estos lugares y terminar el camino antes de que despunte el alba para poder contemplar la salida del sol desde la cima.
Es importante saber que las temperaturas medias durante estos meses de julio y agosto rondan los 4-6 ºC, por lo que es necesario llevar ropa adecuada. De hecho, ¡incluso puede nevar repentinamente! ¿No sería un espectáculo precioso?
La Región de los Cinco Lagos
En la base del Monte Fuji se extienden lagos, cascadas y grutas, unos paisajes naturales increíbles que no se pueden dejar fuera en la planificación de nuestros días en Japón. La zona más conocida es la llamada Región de los Cinco Lagos. Un entorno idílico en el que seguir disfrutando de la vista del Monte Fuji, por ejemplo, desde el lago Kawaguchi (el más central de todos), que refleja su cara norte. El lago Motosu, menos turístico y el más profundo de todos, también ofrece una vista excepcional.
Algunas de las opciones de las que disponemos para disfrutar de la Región de los Cinco Lagos son el alquiler de una bicicleta y realizar alguna de las muchas rutas que atraviesan esta hermosa zona natural; o embarcar en alguno de los cruceros que surcan las aguas de los lagos para deleitarnos con las vistas.
Y tú, ¿estarías dispuest@ a realizar la subida al Monte Fuji y disfrutar del amanecer desde su cima? ¿Has cerca del monte fuji? Cuentanos tu experiencia en los comentarios 😉 Y de paso, dejarnos una calificación de este artículo en las estrellitas que ves abajo. Arigatou!
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