Sin duda, uno de los lugares míticos de Kioto por la relación que mantiene con la historia de la ciudad es el santuario Heian Jingu. Éste se erigió para conmemorar el 1.100 aniversario de la transferencia de la capital de Nara a Kioto, en aquel momento llamada Heian. Desde 1895, momento en el que fue erigido, hasta nuestros días, este santuario sintoísta es famoso por sus cerezos en flor en la época de la primavera, pero también por su inmenso torii en la entrada, uno de los más grandes de todo el país. Sin duda, si te animas a viajar a Japón, este será uno de los enclaves que no faltará en tus recorridos por la antigua capital nipona, esa que guarda todos sus secretos entre templos y santuarios.
El origen del santuario Heian Jingu
1.100 años después de que Heian se convirtiese en la capital de Japón, en el año 1895, se construyó el santuario Heian Jingu. Las deidades que se veneran en este lugar tienen mucho que ver con su propia historia, ya que se dedicó por un lado a quien llevó a cabo el proceso de cambio de capital, el emperador Kanmu; y, por otro lado, al último emperador que gobernó siendo Kyoto la capital de Japón.
Durante los más de 1.000 años en los que Kioto fue la capital, la ciudad prosperó económicamente hasta que el gobierno moderno decidió trasladarse a Tokio, con el fin de la era samurai. Esto provocó una época de declive en Kioto, pero los ciudadanos y ciudadanas se unieron para revitalizar su ciudad y construir este santuario. Éste reproduce el primer palacio imperial de Kioto, erigido en el año 794.
Heian Jingu y su espectacular entorno
Ya el gran torii de acero que nos encontramos en la calle, como parte del mobiliario urbano, es una de las primeras cosas que nos llaman la atención. Con su color rojo brillante, destaca de forma espectacular.
Más adelante nos encontramos con el propio santuario, un lugar que recorrer con calma y en el que empaparse de la espiritualidad del sintoísmo, una religión que suscita curiosidad por su diferencia abismal con las monoteístas mayoritarias que conocemos. En este recinto, al que accedemos por medio de una gran explanada de grava, podemos encontrar distintas construcciones que visitar con detenimiento.
También son muy famosos sus jardines, que abarcan un total de 30.000 metros cuadrados. En ellos se pueden encontrar no sólo los ansiados cerezos en flor en la época de la primavera, sino también sus lirios y lotos al comienzo de verano. El área está dividida en cuatro jardines: este, central, oeste y sur, en los que disfrutaremos de una gran variedad de pájaros, desde alcedines hasta halcones.
Y después de este recorrido histórico y natural, ¿A qué esperas para viajar a Japón para conocer este lugar y otros muchos que te dejarán maravillad@? Puedes visitar el santuario Heian Jingu con nosotros apuntándote a uno de los circuitos «Japón Esencial» que organizamos cada año. Será una de esas experiencias que atesorarás en tu memoria para siempre. Infórmate de todos nuestros viajes a Japón aquí!
Imágenes de kimubert, syvwlch, Kimon Berlin, Toshiyuki IMAI
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