Navidad y Japón son dos palabras que combinan de una manera especial, muy diferente a lo que estamos acostumbrados en Occidente. Pensaríamos inmediatamente en espectaculares decoraciones navideñas engalanando las calles y no nos faltaría razón: los grandes centros comerciales, las calles con las tiendas más importantes, los distritos de influencia europea… todos ellos hacen de la Navidad un espectáculo digno de presenciar. Pero, ¿sabías que en Japón la importación de esta festividad de origen cristiano tiene un marcado carácter romántico? No se trata de reunir a toda la familia junto al árbol y comer juntos, se trata más bien de hacer cola en el Fried Kentucky Chicken para comer pollo frito y comprar y degustar “tarta de Navidad” en pareja. ¿Cómo? Puede resultar sorprendente, pero en realidad para los habitantes de este país que tanto nos gusta tiene mucha más importancia el fin del año y el comienzo del siguiente. Días en los que se puede disfrutar de un ambiente diferente, profundamente espiritual, junto a la familia. Celebrar el fin de año escuchando 108 gongs, ver el primer amanecer del año o presenciar un desfile que tiene como centro una leyenda cuyos protagonistas son unos zorros son sólo algunas de las sorpresas que nos depara Japón en Nochevieja.
La Navidad en Japón: espectaculares luces en las calles
Desde comienzos del mes de diciembre se puede disfrutar del ambiente navideño en las calles de las grandes ciudades japonesas. Las iluminaciones de sus calles y sus centros comerciales son famosas en el mundo entero. Desde luego, en cuestión de estética, sabemos que son capaces de hacer cosas realmente alucinantes y no esperamos menos de algo como la Navidad. Si lo que perseguimos es disfrutar de todos estos espectáculos de luces, hay muchos lugares para ello. En Tokyo, nada como pasear por Roppongi Hills, Omotesando, Ebisu Garden, Carertta Shidome o acudir a la Tokyo Sky Tree. Los centros comerciales ponen toda la carne en el asador y, sobre todo los de fuerte influencia europea, compiten con grandes árboles de Navidad repletos de luces. También se puede pasear por los mercadillos callejeros ambientados en Navidad como el que se establece en el Parque Hiyiba de Tokyo entre el 16 y el 25 de diciembre, patrocinado por la Asociación de Turismo Alemán y la embajada alemana.
Por otro lado, también se puede vivir un ambiente marcadamente navideño en Tokyo Disneyland, donde los personajes de la gran factoría de ficción llevan a cabo un espectáculo ambientado en la Navidad. Una opción a tener muy en cuenta cuando viajamos a Japón con niños y niñas pequeños.

Una Navidad en Japón muy romántica
Pero como decíamos al principio, el concepto que han importado de la Navidad es bastante diferente a lo que estamos acostumbrados en Occidente. Por un lado, es obvio que un país donde el cristianismo es una religión sin prácticamente seguimiento, es muy difícil que una fiesta de este credo permee como una sintoísta. De hecho, ni siquiera es un día festivo. Por otro, la cuestión de Papá Noel y los regalos tampoco ha tenido una influencia tan fuerte como para suponer un periodo importante a nivel comercial. En este aspecto sí que destaca en cambio la celebración de la Nochebuena y la Navidad entre las parejas (sobre todo, jóvenes). La noche del 24 de diciembre es para tener una cita y cenar en algún buen restaurante. El día 25, para comprar y degustar un postre que se ha convertido en típico y que recibe el nombre de “tarta de Navidad”. Elaborado con crema de Chantilly y fresas, tiene también esa connotación romántica de la que hablábamos. Además, los enamorados y las enamoradas se entregan regalos para culminar la celebración.
Hay un poco más que una cita romántica detrás del día de Navidad al estilo japonés. La cadena norteamericana Kentucky Fried Chicken supo aprovechar el filón y ha conseguido convertirse en toda una referencia para la comida de este día señalado con su pollo frito. Semanas antes las reservas del menú especial que diseñan para Navidad van volando y el mismo día se puede ver colas de gente esperando para recoger su pedido.
En definitiva, el ambiente navideño que encontramos cuando viajamos a Japón viene especialmente marcado por los espectáculos de luces de las calles y de grandes construcciones representativas como es el caso de la Tokyo Sky Tree. Este ambiente suele extenderse desde principios del mes de diciembre hasta el mismo día 25. A partir de entonces, Japón se vuelca en dos celebraciones mucho más importantes para ellos: el Ōmisoka (Fin de Año) y el Oshōgatsu (Año Nuevo).
El Fin de Año en Japón: el Ōmisoka
Los últimos días del año el ambiente que se respira en Japón cambia. Todo el mundo está pensando ya en la celebración del Fin de Año, el Ōmisoka (que se traduce como el gran último día del mes). El día 30 de diciembre ya se celebra el Misoka o último día del mes, una costumbre que proviene de la época de los calendarios lunares, en los que normalmente el mes tenía 30 días. Los lugares de trabajo suelen cerrar este día y la gente vuelve a sus hogares para celebrar el Ōmisoka y preparar la bienvenida al año entrante. Se cocinan platos tradicionales y se lleva a cabo el ōsōji (gran limpieza) para deshacerse de la mala suerte del pasado año y recibir la buena para el siguiente.
La noche del 31 de diciembre todo el mundo acude al templo para participar en la ceremonia del Joya No Kane. Los monjes hacen sonar 108 campanadas, que representan la cantidad de preocupaciones que cada persona soporta en su vida, según las enseñanzas budistas. Con cada golpe del gong debemos desprendernos de ellas y prepararnos para el Año Nuevo.
Después de presenciar el ritual en el templo budista, los japoneses y japonesas acuden a su santuario sintoísta, donde tiene lugar el hatsumode o lo que es lo mismo, la primera visita del año. Desde la madrugada del 1 de enero hasta el día 3 estos centros espirituales se llenan de gente formando verdaderas multitudes.
Además, es típico de esta noche presenciar alguno de los espectáculos de fuegos artificiales como los que se ven desde la bahía de Odaiba, mezclarse con la gente en una de las fiestas callejeras de cuenta atrás en lugares como Shibuya o la Tokyo Tower.
Oji Kitsune-no Gyoretsu Fox
También durante la última noche del año tiene lugar el desfile anual Oji Kitsune-no Gyoretsu Fox. Este evento está inspirado en una leyenda que narra cómo unos zorros se disfrazaron con trajes humanos para visitar el santuario Oji Inari-jinja (en la zona de Kita, en Tokyo). Los participantes se disfrazan de zorros y alumbran a su paso con linternas, creando un efecto único que merece la pena presenciar.
¿Es buena idea viajar a Japón en Nochevieja?
A la hora de planificar un gran viaje no es de extrañar que se tenga en cuenta un mes como diciembre, que comprende también el periodo de las navidades. Coincidiendo con vacaciones, tanto en el trabajo como en el colegio, además del puente de diciembre; es posible disponer de bastantes días para disfrutar de una estancia larga en otro país. La posibilidad de disfrutar de los espectáculos de Tokyo Disneyland con los pequeños y pequeñas de la casa, vivir los hermosos juegos de luces de las calles o las ceremonias de fin de año, bien merecen un viaje a Japón.
Y a ti, ¿te gustaría visitar Japón en Nochevieja o Navidad?
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