Quienes busquen en su viaje a Japón naturaleza están de suerte, porque en el país hay algunos parajes absolutamente impresionantes. Es el caso de las cascadas Kegon, las más famosas de todo Japón, según la Oficina Nacional de Turismo de Japón. Situadas en Nikko, cerca de los templos más famosos del lugar, sus 97 metros de torrente acuático se sumergen en el lago Chuzenji y la visión de este conjunto es algo realmente asombroso, normalmente fuera de los circuitos turísticos que se suelen preparar para visitar Japón. A tan sólo un kilómetro de una de las partes del gran complejo del santuario de Futurasan-jinja, el santuario Chugushi, tenemos un rincón natural precioso donde vivir una auténtica experiencia para los sentidos.
Excursión a las cascadas Kegon
El hecho de que las cascadas Kegon se encuentren un poco alejadas es también uno de sus atractivos. Allí no encontraremos hordas de turistas, aunque no deja de ser un lugar famoso por su belleza. El caso es que si queremos realizar una excursión a las cascadas Kegon lo más práctico es incluirlas dentro de nuestro itinerario por Nikko. Los templos y santuarios más importantes de la zona se encuentran muy cerca, pero para llegar a las cascadas Kegon tendremos que ir a propósito. A pesar de ello, en las proximidades de la zona se encuentra el santuario Chugushi, que debe visitarse aprovechando la ocasión.
Para disfrutar de las cascadas Kegon tenemos varias opciones. Por un lado, se puede subir en ascensor a su cima para ver toda la fuerza del agua caer en picado; y, por otro, se disfruta mucho de las vistas desde un mirador al que se llega tras coger el teleférico de Acheki-daira y dar un paseo de alrededor de un kilómetro y medio por la Chanoki-daira. Desde este punto se observa, no sólo la caída de las cascadas, sino también toda la belleza del lago Chuzenji, que irradia un hermoso color azul oscuro cuando hace bueno y que tiene de fondo un espectáculo montañoso que redondea la estampa. También se puede disfrutar de la vista de la caída del agua desde abajo, así como aprovechar la zona de comercio próxima, donde satisfacer el apetito tomando un manjar local: el yuba, que puede encontrarse en diversas recetas como el ramen, la sopa, las gyozas o los dulces.
Una experiencia en plena naturaleza japonesa
Una actividad interesante que puede realizarse en la zona es atravesar Chuzenji en uno de los muchos barquitos que se encuentran en los muelles. Un paseo que dura unos 20 minutos y que permite conocer mejor este precioso lago de 161 metros de profundidad.
Esta visita es especialmente impresionante en los periodos de mayor esplendor de la naturaleza en Japón: el sakura y el momiji. Tanto en primavera como en otoño, los colores se hacen protagonistas en este lugar, ofreciendo a l@s descubridor@s algo realmente único que contemplar. Eso sí, durante estos periodos es más fácil encontrar a otras personas con tus mismas inquietudes.
El santuario Chugushi, junto al lago Chuzenji
A un kilómetro del lago se encuentra una de las partes de Futurasan-jinja, el santuario Chugushi, construido en el año 784 por el monje budista Shodo, aunque después se convirtió en un lugar de culto sintoísta. Como el resto de santuarios, se encuentra inmerso en plena naturaleza y su acceso desde el lago Chuzenji subraya la importancia de este aspecto para el sintoísmo.
Este santuario se encuentra entre el principal, Futurasan-jinja y Okumiya (en lo alto de la montaña Nantaisan). Futurasan-jinja es el complejo religioso más antiguo de Nikko, fundado en el año 767. En su interior se encuentran un total de 23 edificios catalogados como importantes bienes culturales. Este santuario es el protector de Nikko y está dedicado a las montañas de Nantai-san, cercana a la zona y que tiene una altura de 2.484 metros; a Nyotai-san y a Taro.
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Imagen principal Kentaro Ohno. Imagen del lago de Guilhem Vellut