DIARIO DE UN DESCUBRIDOR. Lunes 7 de febrero de 2011/ ¡¡Ya he terminado los exámenes!! A partir de ahora ya estoy de vacaciones así que durante estas semanas intuyo que escribiré a menudo porque se vislumbran planes muy chulos en el horizonte. Sobre los exámenes os diré que en general han salido bastante bien. Ha habido un par de ellos de los que no estoy muy convencido, pero bueno, no todo podía ser perfecto. Una anécdota curiosa ha sido el examen de una de las asignaturas optativas. Consistió en que, por grupos, tuvimos que hacer una pequeña actuación basada en un drama japonés. Durante varias clases estuvimos elaborando los diálogos y la manera en la que lo íbamos a representar, porque en el examen final íbamos a tener que hacer una especie de obra de teatro frente a todos los miembros de la clase. A continuación os cuento cómo fue nuestra puesta en escena de Romeo y Julieta (versión japonesa).
Antes de formar los grupos, la profesora preguntó si había algún voluntario que quisiera convertirse en el líder de cada uno de ellos. Como nadie se ofrecía, yo no tuve inconveniente en levantar la mano y aceptar la responsabilidad de llevar a buen puerto el proyecto. Una vez decididos los equipos, mis compañeros y yo hicimos una reunión para elegir el argumento en el que se basaría nuestra historia. Después de hablarlo con tranquilidad, hicimos una votación entre los tres temas que más nos gustaron. Al final, entre todos elegimos el que yo había propuesto, ¡Qué ilusión!
Romeo y Julieta (versión japonesa)
¡Aquí va la que posiblemente se convierta en la gran película revelación del cine nipón! Consistía en una especie de Romeo y Julieta, pero al estilo japonés. Dos familias de yakuzas, que se dedican a negocios turbios. Llevan mucho tiempo enfrentadas pero los hijos menores de cada una de ellas tienen una relación de amor secreta. Un día los dos tortolitos se reúnen en un parque, sin saber que el hermano mayor de la chica los está observando. Inmediatamente, muy disgustado por la situación, corre a decírselo al padre y líder de la familia (ese es mi personaje). El padre se enfada muchísimo al escuchar la noticia y no duda ni un instante en llamar al líder de la otra familia. Tras una conversación telefónica bastante caldeada, deciden encontrarse las dos familias en un callejón de los suburbios de Tokio para resolver de una vez por todas este desagradable asunto. Allí comienza una discusión que termina cuando yo saco mi pistola y apunto directamente a líder de la familia enemiga. En ese momento todos sacan sus pistolas y llegamos a un punto de tensión máxima. Todos nos apuntamos con nuestras armas de fuego y el drama se intuye muy cercano. Tras unas palabras desafiantes por parte del líder de la banda enemiga, mi personaje no puede contenerse y se produce el primer disparo. Tras este estalla un tiroteo en el que los miembros de las dos familias se acribillan los unos a los otros a bocajarro. Un acontecimiento que acaba con la muerte de las dos familias al completo. Los dos enamorados, que están al margen de la pelea, son los únicos que quedan con vida y tras un fuerte shock por lo que acaba de ocurrir, deciden que desde entonces vivirán felices juntos, se casarán y acabarán comiendo perdices. Con este breve resumen, a lo mejor la historia os parece un poco cutre, pero teniendo en cuenta que no podíamos estar mas de 10 minutos, creo que conseguimos hacer algo bastante entretenido. Todos nuestros compañeros disfrutaron mucho de la actuación y por lo que oí, fue la que más triunfó.
Unos días después, otro compañero de clase y yo fuimos a una sala donde tienen unos cuantos ordenadores súper potentes con pantallas de 25 pulgadas y unos equipos súper modernos. Me sentía como un programador de un estudio de televisión. Allí hicimos el montaje y para mi sorpresa, el vídeo quedó muy chulo. Le pusimos efectos sonoros, título, créditos, escenas en cámara lenta y la típica canción triste para el final. Tengo que decir que en conjunto ha sido una gran experiencia.
Cena para celebrar el fin de los exámenes
Además, para celebrar el fin de los exámenes y el inicio de las vacaciones, montamos una cena de clase en uno de mis restaurantes favoritos de la ciudad, El chifaya, de barbacoa estilo yakiniku. Fue un momento alegre y triste a la vez porque algunos de los que hasta ahora han sido muy buenos amigos van a volver a sus países de origen en poco tiempo. En su caso, solo vinieron a Japón para hacer medio año así que muy a su pesar, les toca volver a casa. Es una pena tener que despedirse de personas con la que has entablado una buena amistad, pero para los estudiantes de intercambio como yo, algo me dice que las despedidas son el pan de cada día.
Antes de la cena conseguimos convencer a una de nuestras profesoras para que se viniera con nosotros. Es una de las que más me gustan porque siempre tiene mucha vitalidad, que nos transmite en cada una de sus clases. Después de la cena nos fuimos a tomar unas copas juntos y al final fue despareciendo uno tras otro hasta que solo quedamos los más persistentes. ¡¡Sorprendentemente, la profesora fue una de nosotros!!
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