Domingo 12 de septiembre de 2010
Hoy ha sido un día un poco aburrido sin ningún acontecimiento especial. Mañana por la mañana tengo que ir a la universidad a hacer una prueba de nivel para ver en qué curso me asignan y por ello estoy repasándome todo lo que aprendí en España. No me gustaría que me metieran en un nivel más bajo del que tengo. Aunque bueno, visto lo visto, tampoco es que sea un nivel digno de mención.
De todas formas, voy a aprovechar esta entrada para comentar un par de cosas de las que no he hablado todavía. La primera son los mosquitos japoneses. Esas malditas criaturas llevan atormentándome desde que llegué a aquí. Es increíble… no solo son dueños de la noche, sino también del día. Aquí hacen turnos de 24 horas para no perderse ni una sola gota de sangre. El primer día cuando llegué me llenaron las piernas de picaduras. Además, como se ve que todavía no estoy acostumbrado al veneno de los mosquitos nipones, las picaduras se me inflaman más de lo normal. Por lo que me han dicho, parece que en el mes de septiembre hay especialmente más presencia de mosquitos que en otros momentos del año. Eso espero porque se están poniendo las botas conmigo.
El otro punto que tenía pendiente comentar es acerca de mis compañeros de residencia. Aquí somos cinco viviendo. Para comunicarme con ellos tengo que hablar en inglés, cosa que no me viene del todo mal porque también necesito trabajarlo. Voy uno por uno:
Sebastian, de Francia
Tiene 30 años. Es el que mejor nivel de inglés tiene dentro de la casa y no lleva mucho aquí pero ya conoce bastantes cosas así que casi siempre le pregunto a él para temas de super-mercados, restaurantes etc… Es un tío majo y parece la típica persona que estaría dispuesta a echarte un cable si te ves en apuros. Resulta que este chico conoció a una japonesa en un viaje a Nepal hace un año más o menos. Se estuvieron escribiendo y hablando por teléfono durante un tiempo y al final, decidió dejar su trabajo y toda su vida en Francia para venirse a probar suerte en Japón con esta chica. Al parecer tenía un buen trabajo en la empresa Rolex, buenos amigos y una buena familia. Pero no se sentía bien con su vida. Ha decidido hacer una locura y venirse aquí sin saber casi nada de japonés, con dinero para unos 3 meses y muchas ganas de superarse a si mismo. La verdad que su reto deja el mío a la altura del betún. Esperemos que le salga bien y encuentre algún trabajo. Sus amigos en Francia piensan que se ha vuelto loco, pero si esto es lo que le hace feliz…¡Pues adelante!
Emma, de Suecia
Tendrá unos 25 años. Estudia Literatura en la universidad de su país. No sabe muy bien porque está estudiando japonés. Creo que aún se pregunta qué es lo que hace aquí. Lleva un año viviendo entre los japoneses y lo que más me sorprende es que no parece tener mucha idea del idioma. ¿Qué ha estado haciendo este tiempo? Dentro de un mes volverá a casa y por la cara que puso cuando me lo dijo, creo que lo está deseando.
Nino, de Italia
Vino aquí hace seis años y trabaja en la universidad de Kyoto como investigador. Tiene una novia japonesa desde hace ya un tiempo y habla 4 idiomas, entre ellos el español. Estábamos hablando en inglés, y cuando le dije que era de España, me comentó que había estado viviendo allí un par de años. Me preguntó si quería hablar español y la verdad que sucumbí a la tentación. Resulta un poco extraño estar hablando con una persona en otro idioma y de repente darte cuenta de que habla el tuyo y cambiar como si nada. Es como subir 10 puntos en tu capacidad de comunicación. No para mucho por casa, así que tampoco es que hable demasiado español. Además, cuando estamos con los demás compañeros, hablamos todos en inglés.
Miya, de Finlandia
Está aquí como de vacaciones. Pero su descanso va a durar unos 3 meses. ¿No está mal eh? También ha llegado hace poco. Ha decidido venir en la mejor época del año, ya que estará todo el otoño, donde hay un clima más cálido. Cuando le pregunté la edad, me dejó sorprendido. Tiene 39 años, pero la verdad que no los aparenta. Trabaja para una editorial y parece ser que está intentando escribir un libro basándose en la experiencia que está viviendo en Japón.
La verdad que son todos buena gente y parece que voy a poder convivir con ellos sin problemas. Se puede decir que son mis cuatro primeros amigos en esta nueva vida. Ya no estoy tan solo.