DIARIO DE UN DESCUBRIDOR/ Jueves 16 de diciembre de 2010. Por fin he probado una de las comidas que más tiempo llevaba esperando degustar. Se llama yakiniku (焼肉) y como su mismo nombre indica, consiste en carne a la parrilla. El primer kanji es el de asar y el segundo es el de carne. En los restaurantes de yakiniku, todas las mesas disponen de unas pequeñas barbacoas en la parte central. En ellas vas poniendo la carne para cocinarla tú mismo. Algunos restaurantes tienen la opción de tabehoudai (食べ放題) que en español significa “todo lo que puedas comer”, de tal forma que puedes comer toda la carne a la parrilla que quieras.
Carne de lengua en el yakiniku
Dispones de una carta en la que disponen de una gran variedad de tipos de carne entre los que puedes elegir. Tienen un poco de todo, desde lo más normalito hasta cosas raras como trozos de corazón o filetitos de lengua de ternera. Yo normalmente suelo pedirme algo que provenga de partes nobles, pero de vez en cuando me decido a probar algo diferente. Además, siempre voy con mi amigo Tobías (el chico al que le doy clases de artes marciales) y el tío es especialista en pedirse lo más raro de la carta. Gracias a él estoy ampliando mis límites alimenticios. Todas las cosas extrañas que se piden las hemos bautizado con el nombre de Tobias´s staff.
El otro día me decidí a comer un poco de lengua. Tengo que decir que no es la mejor carne que he probado, pero tampoco estaba mal. De todas formas, prefiero un buen filetito de solomillo.
La carne te la traen cruda en unas bandejitas en las que lo colocan todo con mucho estilo y tú mismo te las cocinas a medida que vas comiendo. A mi me encanta la carne recién hecha y en el yakiniku, el filete va de la parrilla a la boca. Más reciente imposible. Como acompañamiento, te dan la opción de pedirte complementos como arroz, ensaladas, verduras y otros complementos que le van muy bien a la carne.
Para hacer más placentera la degustación, disponen de una buena variedad de salsas que te sirven en una especie de plato dividido en varias secciones. A cada bocado vas mojando a tu gusto la carne en los diferentes tipos de salsa, con lo que el abanico de sabores es muy amplio.
Los camareros, de cuclillas
Una cosa curiosa es que en muchos lugares los camareros siempre que vienen a atenderte se ponen de cuclillas para hablar contigo. Me da la impresión de que lo hacen con la intención de situarse un poco más abajo que el cliente. Es como una muestra de respeto hacia el venerado okyaku-sama (お客様) o lo que es lo mismo el dios todo poderoso cliente. De hecho, en los tiempos antiguos, los señores feudales y la gente importante en general se situaban a la hora de recibir a alguien en una zona de la habitación un poco más elevada. De tal forma que siempre había una diferencia de alturas entre las personas importantes y el resto.
En el restaurante de yakiniku que frecuentamos los camareros siempre se agachan para tomarnos nota. Es una costumbre que nunca deja de sorprenderme.
Si te ha gustado esta entrada te agradecemos que dejes tu opinión en las estrellitas que encontrarás más abajo. ¡Gracias!