Viernes, 8 de octubre de 2010
Hoy voy a hablaros un poco del comercio japonés. Concretamente, de los supermercados y las tiendas de Kioto. Todas comparten una misma característica y es que por norma suelen ser pequeñas. La mayoría de los comercios son de reducidas dimensiones. No es extraño tener que pasar por varios locales para cumplir con todos los recados del día. Los supermercados no son una excepción. Aquí no te encuentras algo del estilo Carrefour o Alcampo con pasillos largos y amplios e infinidad de productos para elegir. En los supermercados nipones se prima mucho el espacio y todo está bastante apelotonado. Los pasillos son un poco estrechos. En ningún sitio he visto carros grandes como los que usamos en España. Se ve que la gente hace la compra cada poco tiempo. Lo normal es utilizar una cesta y en contadas ocasiones ves algún japonés con unos minicarros pero son más que nada para llevar la cesta encima.
Cuando vas a pagar, la cajera tiene una cesta preparada en la que mete todo lo que llevas a la vez que lo pasa por la máquina. Saca lo que tienes en tu cesta y lo mete en otra vacía. Cuando llega el momento de pagar, no le entregas el dinero directamente en la mano, sino que lo depositas en unas bandejitas diseñadas para este fin. Cuando ya has puesto todo el dinero, ellas lo cogen diciendo en voz alta lo que le has dado y lo que te tienen que devolver. Si entregas un billete grande y el cambio se compone de varios billetes más pequeños, siempre hacen una cuenta delante de ti en la que enseñan claramente el número de billetes que te están devolviendo. Desde luego, no hay duda de que no te están robando nada.
Las estrategias del comercio japonés para acelerar las compras
Una vez que has liquidado el importe de tu compra, te meten un par de bolsas en la cesta y te la llevas hasta un mostrador que hay un poco más adelante. En él puedes introducir la compra tranquilamente en las bolsas sin entorpecer el ritmo de las cajas. Esto lo hacen para agilizar las colas. Además, es increíble como van de rápidas las cajeras cuando hay mucha gente. Parecen robots, despachan a un cliente cada 30 segundos.
Por cierto, que en todo momento hablo de cajeras porque no se si por casualidad o por algún motivo que desconozco, todas las personas de la caja eran mujeres.
Otra cosa que me impactó bastante es la estrategia de publicidad y marketing que utilizan las tiendas. Lo llenan todo de carteles muy llamativos con colores y números de diferentes formas. Es un baño de estímulos que a veces incluso puede llegar a marearte un poco. Pero bueno, supongo que es cuestión de acostumbrarse.
Os pongo unas fotos del lugar al que suelo ir a comprar. Está compuesto por numerosas tiendecitas en las que se pueden encontrar muy buenos precios y una variedad considerable. Se llama Demachiyanagi Market.