Una de las cosas que más nos gustan es la tranquilidad y la paz que se percibe mientras estamos sentados frente a los jardines japoneses. Es increíble la estética y la armonía con la que están elaborados. Un paisaje en el que a primera impresión todo parece crecer de forma aleatoria, pero que al fijarte te das cuenta de que no hay nada porque sí. Ninguno de los elementos carece de un motivo que le justifique estar donde está.
Muchos de estos jardines están basados en el concepto de equilibrio inestable, siempre a punto de romperse (representa el equilibrio entre el Hombre, el Cielo y la Tierra). Esa visión del caos y la armonía en un mismo elemento hace únicos estos espacios de paz que encontraremos sobre todo en los templos budistas y sintoístas repartidos por todo el territorio.
La profesión de diseñador de jardines tiene mucho prestigio en Japón y en la actualidad también están siendo reconocidos a nivel mundial como grandes artistas. El furor internacional por todo lo japonés que no hace más que crecer con el paso de los años, ha llevado a estos artesanos de los jardines a viajar por todo el mundo extendiendo su legado.
Las estaciones del año en los jardines japoneses
Uno de los puntos más destacables de los jardines japoneses es el hecho de que en todo momento se puede percibir con intensidad la estación en la que se encuentran. Los elementos que lo integran resaltan con elegancia la esencia del cambio de estaciones. Un mismo espacio siempre tiene cuatro caras. El otoño y sus colores, la primavera y su vitalidad, el verano con su exuberancia y el invierno con su austeridad. Los japoneses son acérrimos protectores de sus estaciones y los diseñadores de jardines dejan bien palpable esa creencia impregnada en sus creaciones.
Todo esto hace que el hecho de sentarte a contemplarlo sea un momento de paz y tranquilidad. Un instante en el que evadirte del mundo y centrarte solo en deleitarte con su belleza. Sea la estación que sea, siempre encontrarás algo que, si sabes apreciar, encogerá tu corazón.
La historia de los jardines japoneses
Los jardines japoneses han tenido dos usos principales a lo largo de la historia. Por un lado, eran considerados como un elemento crucial en la realización de la ceremonia del té. Las habitaciones que se utilizaban para esta ceremonia conocidas como Chashitsu (茶室), siempre estaban ubicadas en el lugar que ofrecía las mejores vistas del jardín. Beber el té matcha (抹茶) al amparo de la belleza de un jardín japonés era casi imprescindible para la ejecución de este ritual. Afortunadamente, hoy en día todavía se sigue conservando esta hermosa costumbre.
Por otro lado, los templos del budismo Zen los han utilizado durante siglos como una forma de ayudar a los monjes a concentrarse a través de la contemplación del jardín y así llegar, haciendo uso de la meditación, a alcanzar la preciada iluminación.
En ambos casos, el jardín ha jugado un papel fundamental en la tarea de calmar la agitación del alma y conseguir una mayor paz interior. Por este motivo, os aconsejamos que en vuestros futuros viajes a Japón no perdáis la oportunidad de ir a uno de estos lugares (a ser posible, alejado de las rutas turísticas), sentaros sobre el tatami y dedicar un rato, sin prisas, a la contemplación de la que sin duda es una de las más bonitas creaciones del ser humano.
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Fotos: Dickycube, Robert Young, Seth Vidal, vbo, Aaron Steger, Connie
Tengo una foto mía muy parecida a la portada. És un país y un viaje excepcional, lo recomiendo a todo el mundo. Yo volveré!