Uno de los conceptos más famosos de la filosofía de vida nipona es el kaizen, que hemos escuchado en numerosas ocasiones vinculado al ámbito empresarial. Sin embargo, desde mi punto de vista, esta idea puede ser utilizada también como herramienta para mejorar no sólo nuestra vida laboral, sino también en lo personal, en nuestras relaciones con los demás, en nuestra interacción con el mundo. En esta entrada hablo sobre cómo aplicar el kaizen para mejorar y evolucionar en estas áreas.
Significado de la palabra kaizen
Se dice que la palabra kaizen significa mejora continua. Pero en realidad, si examinamos los dos kanjis que la conforman, obtenemos lo siguiente:
改 > Kai > Cambio
善> Zen > Bueno
Por lo que la traducción literal es “cambio bueno”. Entonces, ¿a qué viene lo de mejora continua? Yo diría que la palabra kaizen tiene para los japoneses un significado que va más allá de su traducción. Cuando aplican el kaizen, lo hacen con la intención de provocar un cambio bueno que se perpetúe en el tiempo. No se paran a pensar que quizá llegue un momento en el que ya no puedan mejorar más. Una vez se empieza, se permanece en continua búsqueda de aquello que puede mejorarse. Quizá sea por esto por lo que en el extranjero hemos traducido la palabra kaizen como “mejora continua”.
El verdadero significado del kaizen
El kaizen es un concepto especialmente utilizado en el mundo empresarial. Las grandes corporaciones niponas son famosas por su alto grado de perfección y se conoce que son capaces de alcanzarlo gracias a la aplicación del kaizen. A veces puede dar la impresión de que esta palabra está restringida únicamente al ámbito laboral. Pero yo tengo la intención de ponerla en el lugar que le corresponde. Y en mi opinión, el kaizen representa algo que va más allá. Es la esencia de una forma muy especial de concebir la existencia. Es lo que yo he nombrado como “evolución en vida”.
En realidad, el kaizen se puede aplicar a todos los aspectos importantes de nuestras vidas. Significa cosas como: mejorar a nivel personal, las relaciones, en el trabajo, nuestra interacción con el mundo, etc. Para mí, kaizen es la palabra más parecida a evolución.
El kaizen en la naturaleza
Si nos fijamos en la naturaleza, veremos el kaizen aplicado de una forma magistral y aparentemente involuntaria. La vida ha logrado abrirse paso superando todos los obstáculos que se ha encontrado por el camino. Ha pasado de lo más ínfimo, a formas que ni los mejores diseñadores, biólogos, químicos y físicos unidos podrían soñar con crear. Ha pasado de una célula primitiva a un universo de ellas trabajando en perfecta sincronía y constituyendo los cuerpos de todos los seres vivos que habitan el planeta. Con solo estudiar un poco acerca del funcionamiento de alguno de los órganos vitales que componen parte del cuerpo humano, tales como el ojo o el oído, será fácil empezar a comprender el verdadero calibre que tiene la evolución que han experimentado, dado que son auténticas obras maestras de la ingeniería genética. Es cierto que no ha sucedido de un día para otro, y que cada uno de estos órganos representa la suma de millones de pequeños cambios. Pero, aun así, me sigue pareciendo asombroso.
La vida siempre está en constante evolución. Nunca se detiene. Su propósito es mejorar, perfeccionarse a sí misma, aplicar kaizen. La naturaleza en su conjunto es acérrima devota de la mejora. Ya que nosotros somos parte de ella, ¿por qué no perseguir también ese noble objetivo? No podemos negar el hecho de que la voluntad de evolucionar está implícita en cada una de las cadenas de ADN que componen todas las células de nuestro cuerpo.
El ser humano, el único animal capaz de aplicar kaizen
Existe una sutil pero importante diferencia entre el ser humano y el resto de los seres vivos. La mayor parte de ellos necesita morir y renacer para poder generar una evolución. Sin embargo, nosotros somos los únicos capaces de evolucionar de forma intencionada a lo largo de nuestras vidas. Podemos decidir morir mejores que como nacimos. Y esto es lo que los japoneses bautizaron como kaizen, quizás sin saberlo.
Hay muchas formas de aplicar el kaizen para permanecer en continua mejora. Voy a enumerar algunas de las que son importantes para mi:
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Aprende de tus errores: para encontrar la forma correcta de hacer algo suele ser necesario cometer algunos errores previos, aunque yo los llamaría retoques de calibrado. Analiza, reflexiona por qué no has alcanzado tu objetivo.
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Trabaja los puntos más conflictivos de tu personalidad. Todo el mundo tiene áreas de mejora. Nuestros defectos limitan la obtención de los resultados que estamos buscando. Por eso debemos analizarnos, localizarlos y tratar de suavizarlos mediante el trabajo personal.
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Potencia tus capacidades: aprovecha tus fortalezas y tenlas presentes en el día a día para que sumen en tu evolución como persona.
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Adquiere nuevas habilidades: tener habilidades en diferentes campos tiene el potencial de convertirnos en personas polivalentes capaces de desenvolvernos con soltura en una gran variedad de situaciones, algo que nos ayudará a mejorar.
En mi libro El sistema Hanasaki, los nueve pilares de Japón para una vida centenaria con sentido analizo, entre otros temas, la cuestión del kaizen. Hay un capítulo entero dedicado a ello en el que propongo preguntas que podemos hacernos a nosotros mismos para aplicar este concepto.
Si después de leer el libro te quedas con ganas de más, puedes ver nuestro viaje Creciendo con Japón. En él, guiado por mi, recorrerás Japón, descubriendo rincones mágicos, al mismo tiempo que aprendes a integrar el sistema Hanasaki en tu vida. Puedes leer el post Creciendo con Japón: un viaje que te cambiará la vida y consultar toda la información del viaje.
¿Cómo trabajas tú para mejorar en tu vida? ¿Aplicas el kaizen? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!