Conocida por llegar a ser una especie de república independiente dentro de Japón durante el periodo Sengoku, Iga es también famosa por ser la cuna del ninjutsu, arte marcial y una forma de estrategia y espionaje. No se sabe exactamente dónde nació esta disciplina, pero desde luego aquí tuvo una especial importancia. De hecho, estas artes fueron las que mantuvieron una suerte de feudo propio dominado por los ninjas hasta que Oda Nobunaga la conquistó. Y aún puede conocerse parte de ese legado que dejaron los ninjas en esta región en la ciudad de Iga Ueno en una visita al Museo ninja de Iga-Ryu, el cual cuenta con varias exhibiciones y actividades interactivas que permiten a los visitantes aprender sobre la vida y el entrenamiento de los ninjas, así como experimentar de primera mano algunas de las técnicas y herramientas utilizadas por los ninjas. Donde l@s descubridor@s siempre se sorprenden con todos los mecanismos ocultos integrados en la construcción. Además, hay otras visitas imprescindibles como el Castillo de Iga, que data de principios del siglo XVII, famoso por su diseño único y su construcción ingeniosa, que incluye una serie de trampas y dispositivos de defensa que fueron diseñados para proteger la fortificación contra los invasores. El Museo Danjiri, donde contemplar algunos de los elementos que se utilizan en el matsuri local y varios lugares en los que se rinde homenaje a la figura de Matsuo Basho, un poeta local de haikus, considerado uno de los cuatro grandes maestros en este género típico japonés. ¿Te gustaría saber más sobre Iga? Pues sigue leyendo, porque hoy hacemos un recorrido por algunos de los puntos más interesantes de este recóndito lugar rodeado de montañas.
Esos irreductibles ninjas de Iga
Precisamente por su situación geográfica, Iga estaba alejado de los caminos principales y no era objetivo militar. Sin embargo, una vez la prefectura de Mie entró en los planes de expansión de Oda Nobunaga, uno de los tres unificadores del Japón feudal. Iga empezó a ser un territorio interesante que anexionar. La dificultad estribaba en que los guerreros de Iga, curtidos en las técnicas del ninjutsu, cuyo origen se sitúa precisamente en esta región, no eran fáciles de doblegar. Tuvieron que realizar dos intentos y perder muchos soldados por el camino para conseguirlo. La primera vez, en 1579, de la mano del joven Nobukatsu, que quería probarse ante su padre, el daimyō Oda Nobunaga. 8.000 guerreros integraban un ejército que fue vencido por las fuerzas locales, muy preparadas en las técnicas de guerrilla para aplacar al enemigo. Dos años después, Nobunaga, que ya controlaba numerosos territorios, mandó un total de 42.000 soldados, que entraron por Iga desde distintos puntos, invadiéndola de manera inexorable. A estas dos invasiones de la provincia de Iga se les conoce como Guerra de Tenshō Iga, aunque también reciben otros nombres como “El ataque de Iga” o “La pacificación de Iga”.
Puntos interesantes que visitar en Iga
Museo Iga-Ryu
Para quienes les gustaría saber más sobre el mundo de los ninjas de Iga, sin duda, han de visitar el Museo Iga-Ryu, en el Parque de Ueno, situado en el centro de la ciudad. Se trata de una reconstrucción de una casa dogo (la casa de un influyente personaje local). Allí, unos guías vestidos de ninjas explican a los visitantes los trucos ocultos a lo largo y ancho de la construcción. Mecanismos secretos que revelan algunas de las formas que utilizaban para defenderse. Además, hay actuaciones de combates con armas ninja reales.

Castillo de Iga
El Castillo de Iga es otro de los lugares imprescindibles cuando hacemos una visita a esta ciudad. La construcción actual, que estuvo a cargo de un excelente arquitecto de castillos, Todo Takatora, es de principios del siglo XVII.
Sin embargo, la primera versión data de 1585. Sus muros de piedra, de alrededor de 30 metros de altura, son los más altos de este tipo en todo Japón, junto a los del Castillo de Osaka.
En el castillo de Iga también se encuentra el Museo de Historia del Castillo de Iga, que cuenta la historia de la región y el castillo en particular, así como una colección de armas, armaduras y otros objetos históricos.

Otros datos interesantes respecto a esta construcción es que la actual torre del Castillo de Iga fue restaurada por Katsu Kawasaki, un miembro de la nobleza local, en 1935. Por otro lado, la reconstrucción del interior del edificio, realizada completamente en madera, preserva la atmósfera del castillo original.

Museo Danjiri
Sin salirnos del Parque de Ueno, que también es un buen lugar para disfrutar del fenómeno del sakura en primavera, tenemos otros puntos de interés como el Museo Danjiri. En él se exhiben algunos de los principales objetos utilizados en el Festival Ueno Tenjin, el matsuri local que se celebra en otoño, entre el 19 y el 21 de octubre. Se pueden contemplar tres de las carrozas que salen en el desfile, así como una recreación de la parada del demonio. El santuario asociado a este festival es Sugawara, cuya visita también se recomienda.
Además de los carros danjiri y otros objetos relacionados con el festival, el museo también presenta información detallada sobre la historia y la cultura de la región de Kishiwada y su relación con el festival. Los visitantes pueden aprender sobre los orígenes del festival y cómo ha evolucionado a lo largo de los años, así como experimentar algunos aspectos de la cultura tradicional japonesa.
Tanto aquí, en el Museo Danjiri, como en otros puntos de la ciudad se puede alquilar un traje ninja para divertirse, hacerse fotos y disfrutar de la experiencia.
Matsuo Basho, el gran poeta del haiku
Iga guarda un lugar muy especial en su corazón para Matsuo Basho, poeta de haikus (género típico japonés de poesía muy breve), nacido en la ciudad. A Basho le encantaba viajar por todo Japón y era en esos momentos en los que encontraba la inspiración. Su libro más conocido es Oku no Hosomichi (El angosto camino), considerada una de las más importantes en la literatura japonesa y es admirada por su descripción de la naturaleza y su capacidad para transmitir la emoción de la experiencia de viaje.
Hay varios lugares que le rinden homenaje. Siguiendo en el parque de Ueno, encontramos el Museo Memorial Basso, con originales escritos a mano y otros materiales. También en el parque está el Haise-den, construido para conmemorar los 300 años de su nacimiento. También se mantiene la casa en la que nació y vivió hasta los 29 años, aunque actualmente está cerrada (hasta marzo de 2021).
Alrededores de Iga: bellos rincones naturales
Los alrededores de Iga ofrecen una visión en la que la naturaleza es la reina absoluta: campos de arroz y bellas montañas la rodean. Quienes quieran disfrutar de ello tienen varias opciones cercanas, entre ellas Akame Shijuhachi Taki, donde se puede hacer el “Akame 38 waterfalls trail”. Como su propio nombre indica, es un camino en el que se contemplan 38 cascadas. Se dice que aquí entrenaban los ninjas por lo que puede ser un buen ejercicio el imaginar los entrenamientos que podrían realizar. Otros dos parajes naturales interesantes son Aoyama Kogen y el bosque de bambú en Koroku-zaka.
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Saludos cordiales.
Me fascina la cultura, pero mas la japonesa. Mi maestro massaki hatsumi es de japon
El gran Hatsumi Sensei. Tuvimos la suerte de verlo en un Taikai que se hizo aquí.